LA PRIMERA VEZ
Aun lo recuerdo como si fuera ayer, ese momento en que decidió por mi, que me alejo de todo lo que sentía como niña que me pertenecía, los juegos, los cantos, los amigos, ya nada era como antes, ya nada era emocionante, solo rogaba que terminara el día para poder dormir y no despertar jamás.
A mis ingenuos siete años la verguenza me gano, no sabia a quien contarle lo que estaba viviendo, creía firmemente que si me aferraba a la idea de que todo era una pesadilla, al día siguiente no existiría, pero no era así, una y otra vez sentía su mirada sobre mi a través de sus persianas, su aliento putrefacto y asqueroso sobre mi cuello, esas nauseas matutinas y ese miedo cada vez que escuchaba: SI LE DICES A ALGUIEN NADIE TE VA A CREER PORQUE ERES UNA NIÑA MALA Y LAS NIÑAS MALAS MIENTEN, SI LE DICES A ALGUIEN PAPA Y MAMA MORIRAN, DEBES APRENDER QUE NADIE TE AMARA COMO YO TE AMO MI PEQUEÑA MARCELA, NADIE TE VERA COMO LA HERMOSA MUJER QUE ERES"
Solo tenia siete años, era una niña no una mujer, como podia entender lo que sucedia, como podia entender que no era mi culpa si me lo repetia una y otra vez.
La primera vez me encontró fuera de mi casa, había salido a jugar con mis amigos, me dijo que quería enseñarme unos libros para niños que tenia guardados hace mucho, confié, porque era ese vecino que no debía hacernos daño, porque siempre veía que todos lo trataban con el mayor respeto incluyéndome, siempre me enseñaron a saludar, a ser educada, me llevo hasta su casa, era inmensa (al menos así la veía de pequeña) estaba solo, me dijo que me sentara, el lo hizo a mi lado, me puso una mano en la pierna y empezó a deslizarla por toda ella, me enseño unos libros, pero pensé que no podían ser de niños porque habían adultos desnudos, eso no era normal o si?, no sabia como reaccionar, pensé en pararme, pero el miedo me paralizo, pensé en gritar, pero tampoco pude hacerlo, solo me quede ahí, sentada, estupefacta, esa vez solo me toco y fue la primera de tantas que escuche ese asqueroso discurso que me perseguiría como disco rayado por mucho tiempo, mas del que quisiera...
A mis ingenuos siete años la verguenza me gano, no sabia a quien contarle lo que estaba viviendo, creía firmemente que si me aferraba a la idea de que todo era una pesadilla, al día siguiente no existiría, pero no era así, una y otra vez sentía su mirada sobre mi a través de sus persianas, su aliento putrefacto y asqueroso sobre mi cuello, esas nauseas matutinas y ese miedo cada vez que escuchaba: SI LE DICES A ALGUIEN NADIE TE VA A CREER PORQUE ERES UNA NIÑA MALA Y LAS NIÑAS MALAS MIENTEN, SI LE DICES A ALGUIEN PAPA Y MAMA MORIRAN, DEBES APRENDER QUE NADIE TE AMARA COMO YO TE AMO MI PEQUEÑA MARCELA, NADIE TE VERA COMO LA HERMOSA MUJER QUE ERES"
Solo tenia siete años, era una niña no una mujer, como podia entender lo que sucedia, como podia entender que no era mi culpa si me lo repetia una y otra vez.
La primera vez me encontró fuera de mi casa, había salido a jugar con mis amigos, me dijo que quería enseñarme unos libros para niños que tenia guardados hace mucho, confié, porque era ese vecino que no debía hacernos daño, porque siempre veía que todos lo trataban con el mayor respeto incluyéndome, siempre me enseñaron a saludar, a ser educada, me llevo hasta su casa, era inmensa (al menos así la veía de pequeña) estaba solo, me dijo que me sentara, el lo hizo a mi lado, me puso una mano en la pierna y empezó a deslizarla por toda ella, me enseño unos libros, pero pensé que no podían ser de niños porque habían adultos desnudos, eso no era normal o si?, no sabia como reaccionar, pensé en pararme, pero el miedo me paralizo, pensé en gritar, pero tampoco pude hacerlo, solo me quede ahí, sentada, estupefacta, esa vez solo me toco y fue la primera de tantas que escuche ese asqueroso discurso que me perseguiría como disco rayado por mucho tiempo, mas del que quisiera...
Un abrazo, y mucha fuerza, es bueno hablar, para disipar los miedos.
ResponderEliminarMuchas gracias Florinda, no es fácil pasar por todo esto, pero lo importante es que me rodee siempre de gente con mucha fuerza que quizás hicieron esto un poco menos doloroso sin saberlo!
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